“Comenzaron a juntarse casi sin darse cuenta”Después de Margarita Naseau vinieron otras jóvenes, algunas atraídas por ella. En París se hacía cargo de ellas la Srta. Le Gras. Poco a poco se fue juntando un grupo numeroso que crecía sin cesar. “Comenzaron a reunirse y a juntarse casi sin darse cuenta” explicaría Vicente .
Tras unas semanas de instrucción breve, que a veces tenía que empezar por la enseñanza del abecedario- ejercicios espirituales y en la iniciación en la oración mental según el método de Buseo y la lectura espiritual en la Guía de pecadores, del P. Granada, se las lanzaba a la acción.Este grupo era un complemento de las Cofradías de la Caridad de cada parroquia.
Por eso estaban sometidas a las damas de la respectiva cofradía, sin lazo comunitario que las uniera. De ahí que empezara a llamárselas “les filles de la Charité”, es decir, las chicas, las muchachas de la Caridad.Poco a poco fue madurando la idea de convertirlas en institución autónoma con organización estable.
Había grandes dificultades. Se llamasen como se llamasen, se las iba a tener por una nueva clase de religiosas. Gravísimo riesgo: religiosa era sinónimo de clausura. Se las encerraría tras las rejas, y entonces adiós servicio a los enfermos, adiós atención a los pobres.
Dejar bien sentado que no se trataba de monjas, sino de seglares agrupadas en comunidad, pero tan libres como antes de ir y venir por las calles de la ciudad, los pasillos de los hospitales y a las cárceles. No llevarían hábito, sino la modesta y basta vestimenta de las aldeanas de los alrededores de París, con su bata de sarga gris y su blanca cofia.
Tampoco vivirían en conventos, sino simplemente en “casas”. No harían “noviciado”: los meses de formación se llamarían de “seminario”.Para formarlas y dirigirlas se necesitaba una mujer capacitada, inteligente, espiritual, dedicada por entero a la obra.
¿Luisa de Marillac? Era la más indicada. Llevaba varios años formando a las muchachas que servían en las caridades parroquiales, pero la Srta. Le Gras no había terminado del todo de resolver sus problemas personales.
Sería necesario trazar aquí con cierto detalle su dirección interior entre 1630 y 1633. Ella Seguía angustiada por su hijo, que a los dieciocho o diecinueve años no acababa de encontrar su camino. Enfermaba con frecuencia, cambiaba de colegio, no se decidía a recibir las órdenes.
Sor Pilar, que muchas veces ha acudido a trabajar en la legación que las hermanas tienen allí además de en Silve La Plane.
Dice la hermana que incluso alguna vez han parado tiroteos para dejarlas pasar y que las propias bandas vigilaban que nadie se atreviera a desvalijar los pocos medicamentos que almacenaban en el dispensario. Su grado de ascendencia era tal que hasta se permitía darles consejos.
“Recuerdo que un día le dije a uno de ellos ¿Pero cuándo van a dejar de dar tiros por ahí?; él me respondió ‘Es que no tenemos con que comer’”.Por muy míseros que sea su concepto de lo que vale la vida, los delincuentes de Cité Soleil parecen los primeros en darse cuenta de lo que hacen estas hermanas, así como muchos misioneros y voluntarios repartidos por todo el país, muchos de los cuales dan todo a cambio de nada y están orgullosos de su trabajo.
“Llevo ya aquí 27 años; cuando vuelvo a Pamplona mi familia me dice que me quede, que ya hecho mucho aquí; yo siempre les respondo lo mismo; aquí tenéis toda la ayuda que queráis, no os falta de nada; allí no tienen ni para comer”, asevera Sor Pilar en un relato que te congela la sangre. “Y merece mucho la pena”, remacha.España se ha volcado con la ayuda a Haití.
El propio Ejército, ONG´s, bomberos, médicos y particulares han acudido allí pocas horas después de la catástrofe para ayudar, como así hizo el proyecto de cooperación de Madrid Rumbo al Sur (MRS), dirigido por Telmo Aldaz de la Quadra Salcedo, al que ELMUNDO.es ha acompañado durante seis días para ver el reparto de ayuda y el trabajo en la zona.Desde Madrid, mucha gestión previa y durante el viaje, llevada a cabo por Isabel y Mar Aldaz, y duro trabajo en Leogane, donde se ha instalado un campamento junto a la ONG Acoger y Compartir para los niños huérfanos de Puerto Príncipe, en un vergel donde los chavales podrán seguir sus estudios y tener agua potable, después de que bomberos alemanes ayudaran ayer al equipo de MRS a llenar el depósito que habían instalado. En total, se han repartido por los barrios más pobres hasta seis toneladas de ayuda humanitaria.
Fuente: Roberto Bécares Diario El Mundo
Publicado el miércoles, 17 de febrero de 2012
Un día iba a celebrarse una importante reunión en la casa madre de las hermanas. Antes de empezar la sesión, la Srta. Le Gras entró en la sala para cerciorarse de que todo estaba en orden. En esto,
"una hermana oyó un crujido y le dijo que no estaba allí muy segura. No hizo caso. Se lo repitió otra hermana mayor. Tuvo consideración a su edad y se retiró a la habitación de al lado (fijaos, hermanas mías, que no hay más que tres pasos), cuando la viga se rompió y cayó el piso. Ved si acaso se hizo esto sin una intervención especial de Dios. Aquella misma tarde, yo tenía que estar aquí; teníamos que reunirnos para algunos asuntos importantes. En medio del ruido que hay en una reunión, nadie se hubiera dado cuenta de que esa viga crujía. No habría estado allí aquella hermana, porque las hermanas no están presentes en esas reuniones, y todos nos hubiéramos visto aplastados en aquel sitio; y Dios hizo que surgiese otro asunto que me detuvo y que impidió acudir allá a todas las damas. Todo esto no se hace por casualidad, hijas mías; hay que guardarse de creerlo así".
Para Luisa de Marillac, el suceso constituyó una fecha fundamental de su evolución interior y de la historia de la compañía. Lo consideró siempre como un signo providencial, una advertencia del cuidado de Dios sobre su persona y su obra. Con la ayuda de Vicente, se esforzó en desentrañar el mensaje que el Señor había querido comunicarle con él: tal vez, su voluntad de unir más estrechamente los destinos de las dos compañías.
Otro suceso parecido reafirmó la convicción de Vicente de que Dios ejercía una providencia especial sobre las Hijas de la Caridad. La narradora del caso fue la misma protagonista, a instancias de Vicente:
"Hija mía - le dijo -, ¿qué es lo que pasó? He oído hablar de una casa derrumbada. ¿En qué barrio ha sido? ¿Estabais dentro o fuera? ¿Qué día fue?
La actividad consistió en sensibilizar a las alumnas del séptimo a cuarto medio a través de una oración Vocacional, el testimonio Vocacional de las Hermanas Elena Arancibia, Gladys Vargas (Bolivia), Beatriz Benítez (Argentina), María Morales, Bárbara Cerda.
Se compartió con todos los cursos de la enseñanza media en una actividad que buscaba principalmente poner en contacto a las alumnas con las hermanas quienes compartieron su testimonio vocacional. También se trabajó con un video editado por REVIC donde se muestra la realidad del mundo, sus injusticias y las posibilidades de cambio, especialmente desde la realidad juvenil y la esperanza de esta misma.
La acogida de la Comunidad educativa y el interés de las alumnas se manifestó positivamente.
La jornada fue organizada por Sor Claudia Artigas, Animadora vocacional de la Compañía, el profesor Wladimir Luengo y de REVIC -Red Educativa Vicentina-
20 de mayo 2014
Comenzamos nuestro día con el rezo de Laudes.
A las 9:30 hrs. nos dirigimos a la sala de reuniones. Iniciamos cantando el salmo 116 ¿Cómo te pagaré oh Señor?. Se da lectura al acta de la sesión anterior la que es aprobada por unanimidad.
Enseguida Sor Ma. Isabel, Visitadora, invita a las asambleístas a firmar las Actas, en donde están plasmados la participación y los compromisos contraídos, con la responsabilidad de hacer vida lo que hemos experimentado en esta Asamblea.
Firma primero Sor Ma. Isabel Ruiz, Visitadora, en seguida las Hermanas del Consejo y a continuación todas las hermanas por orden de vocación, por último el P. Pedro.
El P. Duarte, Director Provincial, nos dirige la palabra, diciendo, es uno de los momentos en que la Asamblea me permite dirigir la palabra. Al comienzo de la Asamblea comencé con un icono María y el de los discípulos de Emaús. Para recoger la última experiencia que vivieron los discípulos de Emaús, de vuelta a la comunidad de Jerusalén. Nosotros también venimos de una manera determinada y volvemos de otra. Cambiaron las actitudes, las palabras, el ambiente, el clima, la presencia del Señor, por la escucha del Señor. Al final, el corazón de cada una de ustedes arde por todo lo que han vivido, en un clima de oración, de alegría. Nos vamos de Emaús a Jerusalén, con el corazón encendido, como la llama que nos acompañó en el templo, durante las celebraciones. La dirección de Emaús no es el encierro, fue salir, salir. La clave de la Asamblea, es que cada una salió de si, se vivió una verdadera conversión por la docilidad de cada una al Espíritu. ¿No ardía vuestro corazón? Ustedes van a comunicar lo que han vivido, ¿de qué van a hablar? ¿Qué les impulsa? Van a compartir lo que han visto y oído. ¡El Señor está vivo! Debemos contagiar la alegría que hemos vivido, la luz que no es para que se guarden, sino para que se comunique. Ya no debemos tener miedo, como los discípulos de Emaús que vencieron el miedo por el encuentro con Jesús Resucitado, eso espero de cada asambleísta en su misión apostólica, que estén dispuestas casi al martirio, para poder comunicar la audacia. La novedad es saber compartir las experiencias y escucharse mutuamente.
La historia de los discípulos de Emaús termina, cuando se encuentran con los once. Hoy termina la Asamblea y vamos con los ojos y oídos abiertos para continuar la misión. Vamos a la capilla de Nuestra Señora de los Rayos para celebrar la eucaristía junto a María. Le pedimos a Ella, que acompañe este proceso que recién está comenzando, Ella que quiso ser Madre de la Compañía.
La Hermana Rosana agradece al Padre e inmediatamente la Hna. Ma. Isabel nos dirige unas palabras: Queridas Hermanas, P. Pedro, concluimos nuestra Asamblea Provincial con la presencia del Señor y nuestra Madre la Virgen María y de nuestros Santos Fundadores.
El interés, la participación y la seriedad de las asambleístas nos permiten cantar un himno de alabanza a nuestro Dios, por haber sido protagonistas de esta primera Asamblea Provincial. Nos han señalado unas metas que marcarán el caminar durante los próximos seis años. Han sembrado en nuestros corazones nuestro perfil, deben ser rostros serenos, plenas y equilibradas, que irradien dinamismo y ganas de vivir, apasionadas vocacionalmente, trabajadoras, comunidades que sean escuela de humanidad, gozosas, comprometidas con los pobres, Hermanas que viven con gozo el ser de Hijas de la Caridad, llamadas a transmitir el carisma y con una sensibilidad social. Debemos cantar un himno de gratitud, por el P. Gabriel Naranjo, el P. Pedro con sus homilías, reflexiones, clarificaciones. Por los laicos, Familia Vicentina... todos los que nos han apoyado con la oración. Terminó mencionando a Ez. 47, 12: “A orillas del torrente crecerá toda clase de árboles frutales, sus hojas no se marchitaran ni sus frutos se acabarán. Cada mes darán frutos nuevos por que las aguas que las riegan manan del santuario”. Ponemos todo este trabajo en manos del Señor. De Él dependen los frutos nuevos.
Declaró terminada esta Asamblea Provincial. Que Dios sea bendito, amado, y glorificado. Como agradecimiento de todo lo que hemos vivido terminemos ante las imágenes de las diferentes advocaciones de María que se veneran en los cinco países de la nueva Provincia, recemos la oración consagración a María. Concluimos cantando el Magníficat.
Nos dirigimos a la capilla para la foto oficial.
Para la celebración eucarística, comenzamos con una procesión con el Cristo que trajeron las primeras hermanas en el año 1854, seguida por las banderas de los distintos países, las Hermanas y los celebrantes.
El P. Pedro presidió la Eucaristía concelebrando con el P. Gabriel Naranjo. El P. Pedro dijo: con gozo y alegría vamos a ofrecer la Eucaristía por nuestros compromisos, metas, y por todos nosotros que hemos vivido esta asamblea. Gracias por todo lo que Dios ha permitido que vivamos.
Antes de la lectura, en procesión, entronizan el libro de la Palabra con cintas que representan los cinco países.
En la homilía el Padre dice: Querida Familia Vicentina, estamos viviendo un momento de gracia, de fe. La primera Asamblea en una Provincia nueva, cuyo nombre es Nuestra Señora de la Misión América - Sur, que quiere ser la primera cristiana que está presente hoy. La Asamblea fue marcando lo que el Señor quería. El método que hemos empleado para el trabajo es el VER, GUZGAR Y ACTUAR. Aplicándolo a la vida de María vemos en el VER, como María en la Anunciación, en el momento en que abrió sus oídos para escuchar la voluntad de Dios. Vivió una profunda escucha, por eso, al oír al ángel se levantó para ir a visitar a su prima. Está atenta a lo que le pasa a su prójimo, comenzando a responder las llamadas de afuera. María juzgó los acontecimientos, viendo, diciendo que sí al Señor y comienza su tarea misionera, toma decisiones, realiza aquello que Dios le pide para los demás. Camino seguro, ser misionera. Estar atentas a las Hermanas para que la Provincia no se cierre, es el momento de actuar. Cuando la fe no se manifiesta ¿Qué pasa? Las acciones no nos llevarán del amor efectivo al afectivo.
No más excusas para salir. Luego del discernimiento tenemos que actuar, hay que encarnar esta palabra para poder salir. La Provincia ha sido libre, sin amargura para actuar a través de los intercambios. ¿Qué caminos queremos seguir? que las metas no queden en los papeles, cumplamos las metas, no dejar para mañana lo que se tiene que hacer hoy. Como María vayamos a los pobres que nos necesitan. Hagamos como María, que es nuestra Madre, protectora, es la estrella que nos guía. Les deseo que todo lo de la Asamblea, no se quede en buenas intenciones.
Ofertorio
Se presentan distintos signos: La roca, el perfume, la cinta con las ataduras, la carpeta con los compromisos, y el Pan y el vino.
Antes de la bendición el Padre Pedro agradeció a las personas que han hecho posible este Encuentro con sus aportes, las Hermanas de la casa, de la capilla, el personal, los medios de comunicación, los miembros de la familia vicentina…
Al finalizar invitó a Sor María Isabel y al Consejo para que enciendan las velitas de las Hermanas como gesto de envío a todos los miembros de la Asamblea, mientras cantábamos “Nos envías por el mundo.”
Luego de la Eucaristía pasamos al comedor, donde nos ofrecieron un rico almuerzo, nos acompañaron miembros de las diferentes ramas de la Familia Vicentina, personal de la casa y los medios de comunicación. Durante el mismo la Hermana María Victoria leyó la carta que se enviará a nuestra madre Evelyne.
Varias Hermanas empezaron a despedirse para retornar a sus Misiones.
19 de mayo 2014
A las 9:00 hrs. dio principio la reunión en el salón de la Asamblea, que estaba ambientado con las imágenes que se veneran en los cinco países que componen la Provincia.
La Moderadora Sor Petra López, leyó carta del Padre Fernando Macías, C.M., Visitador, en la que hace referencia de una carta de San Vicente a Sta. Luisa. Por otro lado, asegura que todos los miembros de la familia Vicentina han orado por nuestra Asamblea… Hemos mirado lo antiguo, impulsando lo nuevo, bajo la luz del Espíritu Santo, quien nos dará nuevos ojos y nuevo corazón, para que en el barco nuevo, podamos ir al encuentro de la caridad. También menciona que el jardinero va podando las ramas del árbol y corta las ramas secas, purga las ramas para purificar el árbol, así crecerá sano. Dios como buen cirujano cuidará lo enfermo, para fortalecer y dar buenos frutos para Él. ¿Qué frutos? Los compromisos que son y seguirán siendo los signos de vida, para servir allí donde estemos. Alude a una frase de S.V.: “Si el árbol es la caridad, la sombra es el servicio”. Posteriormente se leyó una poesía de Gabriela Mistral “Himno al árbol”
El P. Pedro, Director Provincial, leyó algunos puntos del Directorio de la Asamblea, referentes al trabajo que se realizaría en ese momento, en la sala de reuniones, con la participación de varias Hermanas, el mayor número de las propuestas fueron aceptadas y otras no procedían ya que fueron tratadas anteriormente, por lo que fueron eliminadas, lo mismo sucedió con las Proposiciones para la Asamblea Provincial.
Una de las Hermanas de la sala propone enviar una carta a la Madre, para informarle de todo lo realizado durante la Asamblea, lo que fue aprobado por todas las Hermanas, encargando a una Hermana para que la redactara.
Al concluir esta sesión, Sor Rosana entrega un cuestionario para evaluar la organización y vivencia durante la Asamblea.
A las 18:00 hrs. nos dirigimos a la Capilla para la Eucaristía, presidida por Monseñor Juan Barros Obispo castrense de Chile. Antes de comenzarla, Monseñor dijo: permítanme saludar a la Virgen María, luego contó una anécdota de cuando él fue seminarista, un sacerdote le decía siempre que lo iba a echar al cáliz para asegurarle su oración por él. Luego invitó a Sor María Isabel a acercarse al altar y le preguntó qué quería echar en el cáliz. Sor M. Isabel le contestó que deseaba echar al cáliz, el trabajo de la Asamblea y a cada una de las Hermanas de la nueva Provincia.
En su homilía dijo “El Espíritu Santo les enseñará todo…” queridas Hijas de la Caridad, es de gran alegría para este obispo que me hayan invitado, agradezco a Sor Ma. Isabel esta invitación, conozco a las Hermanas por su cercanía y su servicio. Monseñor comentó que estuvo viendo a Sor María Rosa Crespo, en España, esta Hermana fue quien acompañó a su mamá y a su hermana a bien morir, por lo que le tiene un profundo agradecimiento.
Es un milagro de Dios, que por su infinito Amor hemos sido llamados gratuitamente. Déjense milagrear por el Señor, que Él haga su obra, preséntense ante Dios Todopoderoso que hace bien y nuevas todas las cosas. Cuando una persona es audaz, percibe las necesidades de sus hermanos que sufren y tiene la fuerza y valentía para responder.
Antes de salir de la capilla dijo, si ustedes quieren hacer felices a las personas les recomiendo tres cosas,
Digan con frecuencia: Primero: “te quiero mucho” Segundo: “En que te puedo ayudar” y Tercero: “Muchas gracias”.
Posteriormente se lo invitó a cenar con las Hermanas, allí, al concluir la cena, dijo algo muy significativo. Al ver el cirio con las cintas de colores que representaban cada uno de los cinco países se acordó de una anécdota familiar: su hermana que tenía cinco hijos varones, cuando fue el bautismo del pequeño, el reunió a los niños y les dijo. “ La mano tiene cinco dedos, tiene que estar bien unidos, para darse mucha fuerza, esto lo repitió varias veces, luego los niños fueron junto a su madre y le dijeron poniendo su manitas sobre el vientre de su madre, ¡mamá, vamos por la otra mano!. Ustedes son cinco países, vayan también, por la otra mano.
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